Los tradicionales desfiles del 1 de mayo, Día de los Trabajadores, reunieron el sábado a miles de manifestantes en todo el mundo, dando lugar a incidentes, especialmente en Grecia, país desestabilizado por una grave crisis financiera.
En víspera del anuncio de un acuerdo sobre un plan de ayuda que acarreará medidas de austeridad sin precedentes, unas 20 000 personas (según la policía) desfilaron en Atenas y en Tesalónica (norte) para denunciar los “sacrificios” y la reducciones de salarios exigidos por el FMI y la Unió Europea a cambio de la ayuda.
“Ningún sacrificio, la plutocracia debe pagar por la crisis”, podía leerse en una banderola, en tanto los manifestantes gritaban consignas contra la reducción de salarios.
Breves enfrentamientos entre manifestantes y policías antimotines se registraron durante las manifestaciones en las dos ciudades. A primera horas de la tarde, varios cientos de jóvenes manifestantes seguían manteniendo la tensión en Atenas.
En Turquía, por vez primera en 33 años, miles de manifestantes se agruparon en la plaza Taksim de Estambul, en la que las manifestaciones estaban prohibidas desde el 1 de mayo de 1977, cuando desconocidos abrieron fuego contra la multitud matando a 34 personas.
En Moscú, 5 000 comunistas enarbolando banderas rojas, en los que los partidarios del primer ministro Vladimir Putin eran empero mayoritarios entre manifestantes, con más de 20.000 personas.
En San Petersburgo, las pancartas manifestaban la preocupación por la crisis: “Los trabajadores no tendrían que pagar por la crisis”, “No al aumento de precios”, “Los responsables deben pagar”, podía leerse en ellas.
En Viena, 100.000 personas, según los organizadores, participaron en el mitin, que tuvo lugar, como cada año, frente a la alcaldía.
En Alemania, la policía se mantenía alerta para evitar que se reproduzcan los violentos disturbios del año pasado en Berlín. Fueron movilizados unos 5.800 policías. Pero ya antes de la manifestación, el viernes por la noche y el sábado de madrugada, fueron detenidas unas 50 personas tras choques entre manifestantes y policías en Berlín y en Hamburgo.
En Francia, las manifestaciones empezaron en numerosas ciudades, a llamado de los sindicatos que cuentan hacer presión contra la reforma del sistema de jubilaciones propuesta por el gobierno.
En Italia, la manifestación sindical organizada en Rosarno (Calabria, sur) empezó con un ambiente festivo, acompañada con orquestas y gigantes de cartón. En esta ciudad se registraron en enero violentos enfrentamientos entre obreros temporarios inmigrantes y lugareños.
Aire festivo también en el cortejo organizado en Madrid, encabezado por una pancarta que abogaba por la defensa del empleo y de las jubilaciones. Entre la multitud de insignias de los sindicatos podían verse numerosas banderas republicanas y estandartes con la hoz y el martillo.
En Iraq, varios cientos de miembros del Partido Comunista iraquí reclamaron en Bagdad “medidas urgentes contra el desempleo” y la abolición de decreto que prohibe la actividad sindical en el sector público.
En Indonesia, varios miles de personas manifestaron en Yakarta para reclamar un sistema mejor de seguridad social para los trabajadores. Se registraron choques entre policías y manifestantes y la policía utilizó cañones de agua.
En Nepal, decenas de miles de partidarios del movimiento maoísta ocuparon las calles de la capital, Katmandú, en una demostración de fuerza destinada a obtener la dimisión del gobierno.
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