domingo, 18 de abril de 2010

VIEJO VIZCACHA: "HACETE AMIGO DEL JUEZ..."


Ramón Ábalo


En Mendoza la pueblada resiste firme las embestidas de los sectores visiblemente comprometidos con lo peor de la sociedad. No solamente es de la actualidad la persistencia de los poderosos contra los sectores populares, incluso contra los mismos intereses de la Nación. Deviene desde el fondo mismo de nuestra historia patria: para poner una fecha, aquel mayo argentino de 1810: Moreno vs. Saavedra; el Plan de Operaciones; "se necesitaba tanta agua para apagar tanto fuego"; el Rivadavia de la banca inglesa; la oligarquía incipiente ("nacional" digamos) y el centralismo porteño contra el San Martín Libertador; unitarios y federales. El listado supera con creces los dedos de las manos...y de los pies.

Para someter al gaucho, meterlos en la "leva" y mandarlos a correr – exterminarlos – al indígena y rapiñarles las millones de leguas de tierra de su pertenencia, ahí estaba la mano del juez de paz para cumplir con las ambiciones de los terratenientes blancos, ya autoproclamados los hacedores de la Patria. El juez de paz, figura de una justicia en servidumbre de los poderosos, que se prolongaría hasta nuestros días. Aquellos dichos del Viejo Vizcacha en el Martín Fierro: "hacete amigo del juez y no le des de qué quejarse, porque es bueno tener palenque 'ande rascarse", era para la plebe de las pampas, desheredada de toda justicia social. Sin ella, sobrevivía en permanente insurgencia contra los poderosos.

Desde entonces no ha habido nunca ningún quiebre en la relación justicia y poder. Desde ese mismo principio la justicia fue una forma de perpetuar los intereses de una clase en detrimento de otras.

Saltamos doscientos años y el cuadro de situación es idéntico en esa relación: a cada intento de avanzar, por ejemplo, en una más justa distribución de la riqueza para que le llegue algo más a sus verdaderos hacedores, los que la detentan esgrimen el poder y la justicia, que la tienen, y zafan, como ahora, en nombre de esas dos apoyaturas. De la torta del PBI, se quedan con el 70%, y amenazan con la "justicia" si el Estado, por un gobierno que pretende gobernar para todos, los enfrenta en nombre de la justicia social, la inclusión y la gobernabilidad.

Y en estos instantes, lo de la Ley de Servicios de Medios Audiovisuales, una jueza, la Pura Arrabal y los fiscales López Cuitiño, Romano y Miret, mandaderos del monopolio UNO Medios (los Vila y el Chupete Manzano), en plena servidumbre en nombre de vericuetos de lo que representan, la justicia. Y lo que en su momento dijo la CONADEP: "…¿cómo se explica que los jueces no hayan ubicado a ningún secuestrado, después de varios años que tomaron estado público las versiones de quienes con mejor suerte, fueron liberados?...¿Qué les impidió allanar oportunamente tan sólo uno de los lugares de cautiverio?".

Esa pueblada que está ganando las calles para protestar, exigir y señalarlos en plena culpabilidad de complicidad, y hasta de coautores de crímenes de lesa humanidad. Escuchemos a Hebe de Bonafini el jueves pasado en la movilización en Capital Federa contra esa justicia antinacional y antipopular: "señores jueces pongan las bolas donde hay que ponerlas" e increpando a los jueces y camaristas federales de Mendoza: "Si la justicia no funciona hay que empujarla desde la calle, desde las manifestaciones y les decimos a los mendocinos que si es necesario vamos a hacer una marcha como ésta, allá..."

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domingo, 18 de abril de 2010

VIEJO VIZCACHA: "HACETE AMIGO DEL JUEZ..."


Ramón Ábalo


En Mendoza la pueblada resiste firme las embestidas de los sectores visiblemente comprometidos con lo peor de la sociedad. No solamente es de la actualidad la persistencia de los poderosos contra los sectores populares, incluso contra los mismos intereses de la Nación. Deviene desde el fondo mismo de nuestra historia patria: para poner una fecha, aquel mayo argentino de 1810: Moreno vs. Saavedra; el Plan de Operaciones; "se necesitaba tanta agua para apagar tanto fuego"; el Rivadavia de la banca inglesa; la oligarquía incipiente ("nacional" digamos) y el centralismo porteño contra el San Martín Libertador; unitarios y federales. El listado supera con creces los dedos de las manos...y de los pies.

Para someter al gaucho, meterlos en la "leva" y mandarlos a correr – exterminarlos – al indígena y rapiñarles las millones de leguas de tierra de su pertenencia, ahí estaba la mano del juez de paz para cumplir con las ambiciones de los terratenientes blancos, ya autoproclamados los hacedores de la Patria. El juez de paz, figura de una justicia en servidumbre de los poderosos, que se prolongaría hasta nuestros días. Aquellos dichos del Viejo Vizcacha en el Martín Fierro: "hacete amigo del juez y no le des de qué quejarse, porque es bueno tener palenque 'ande rascarse", era para la plebe de las pampas, desheredada de toda justicia social. Sin ella, sobrevivía en permanente insurgencia contra los poderosos.

Desde entonces no ha habido nunca ningún quiebre en la relación justicia y poder. Desde ese mismo principio la justicia fue una forma de perpetuar los intereses de una clase en detrimento de otras.

Saltamos doscientos años y el cuadro de situación es idéntico en esa relación: a cada intento de avanzar, por ejemplo, en una más justa distribución de la riqueza para que le llegue algo más a sus verdaderos hacedores, los que la detentan esgrimen el poder y la justicia, que la tienen, y zafan, como ahora, en nombre de esas dos apoyaturas. De la torta del PBI, se quedan con el 70%, y amenazan con la "justicia" si el Estado, por un gobierno que pretende gobernar para todos, los enfrenta en nombre de la justicia social, la inclusión y la gobernabilidad.

Y en estos instantes, lo de la Ley de Servicios de Medios Audiovisuales, una jueza, la Pura Arrabal y los fiscales López Cuitiño, Romano y Miret, mandaderos del monopolio UNO Medios (los Vila y el Chupete Manzano), en plena servidumbre en nombre de vericuetos de lo que representan, la justicia. Y lo que en su momento dijo la CONADEP: "…¿cómo se explica que los jueces no hayan ubicado a ningún secuestrado, después de varios años que tomaron estado público las versiones de quienes con mejor suerte, fueron liberados?...¿Qué les impidió allanar oportunamente tan sólo uno de los lugares de cautiverio?".

Esa pueblada que está ganando las calles para protestar, exigir y señalarlos en plena culpabilidad de complicidad, y hasta de coautores de crímenes de lesa humanidad. Escuchemos a Hebe de Bonafini el jueves pasado en la movilización en Capital Federa contra esa justicia antinacional y antipopular: "señores jueces pongan las bolas donde hay que ponerlas" e increpando a los jueces y camaristas federales de Mendoza: "Si la justicia no funciona hay que empujarla desde la calle, desde las manifestaciones y les decimos a los mendocinos que si es necesario vamos a hacer una marcha como ésta, allá..."

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